EL INCONMENSURABLE PLACER DE LEER COMICS

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Ese placer que sientes al leer comics es como haber sido inoculado con un virus. Una enfermedad que se adquiere en la más tierna infancia o en la adolescencia y que suele pervivir hasta la edad adulta. Acompañándonos a lo largo de toda nuestra vida. Por suerte no se trata de una patología mortal. Nadie muere afectado por la terrible enfermedad del coleccionismo de cómics. Pero sí que es cierto que esta afición muestra ciertas características que la sitúan entre la patología y la adicción.

El placer de leer comics, una enfermedad contagiosa y adictiva

Lo más normal es comenzar en esta afición a la más tierna edad. Habitualmente en nuestra más tierna infancia. En pocas ocasiones sucede en la adolescencia. Pero prácticamente siempre se produce por contagio o por infestación.

Lo más normal es que un ejemplar acabe en nuestras manos. O bien porque en nuestra casa acostumbre a haberlos (porque tengamos algún familiar afectado de la patología) o bien porque nos movamos en algún círculo en el que resulten habituales (amigos ya infectados).

También podemos caer en la enfermedad por simple infestación. De tanto pasar ante una tienda de comics al final no puedes dejar de sentirte atraído por sus fascinantes portadas a todo color.

Eso combina de nuevo con la teoría de la adicción. Y es que la tienda de comics, en estas fases tempranas de la patología, en el fin no es más que un centro de iniciación para jóvenes mentes inocentes.

De hecho, si un familiar o un amigo nos pasa un cómic y nos engancha también concuerda con la teoría de la adicción. El placer de leer cómics es, por supuesto, algo complejo que merecería estudios sociológicos serios y sesudos. Los fanáticos de los cómics ¿somos adictos al virus? Inevitablemente paradójico.

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Fase de propagación

En los siguientes años de la patología se produce la consabida fase de propagación. En ella se estabiliza la afición/adicción al cómic. Nos convertimos en coleccionistas/adictos, fieles seguidores de nuestras colecciones, nuestras editoriales y nuestros autores y artistas preferidos.

Es en esta fase cuando empezamos, por un lado a propagar la epidemia. Y, por otro lado, a sufrir las primeras consecuencias de sufrir esta patología. Las más habituales cierta incomprensión social. La gente suele creer que los comics son sólo para críos y tú ya no eres un crío… ¿por qué los lees? En casos más extremos pueden producirse situaciones de rechazo social y cierta falta de higiene.

Curiosamente, también es la fase en la que se producen situaciones en las que se maximiza y refuerza el proceso de adicción. Se descubre la primera tienda de comics online, haciendo mucho más fácil acceder al material desde la comodidad del hogar. También se comienza a acudir a convenciones y eventos similares para confraternizar con otros enfermos/adictos. El proceso se retroalimenta a sí mismo.

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Fase adulta del fan de los comics

El placer de leer comics acostumbra a extenderse hasta la edad adulta del afectado. En ocasiones, cuando éste se aparea, suele remitir, aunque nunca lo hace del todo. Más bien queda sumido en estado latente.

Lo cierto es que el aficionado a los comics adulto es potencialmente mucho más peligroso que en las dos fases anteriores. Simplemente, le importa un bledo el rechazo social. Él sabe lo que le gusta y por qué le gusta y nadie le va a hacer cambiar de idea. Y lo mejor de todo, es que encima tiene razón. Así que su campaña para expandir la plaga suele ser bastante mucho más eficaz y productiva.

Sinceramente, estamos perdidos. Si aún no has claudicado al placer de leer comics, no tardarás mucho. No te resistas y pásate por tu centro de inoculación, la mejor tienda de comics de Barcerlona: Norma Comics.

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En su segunda juventud ha descubierto la pasión de escribir. Cuando no se pierde entre fantasías futuristas y pesadillas infernales se dedica a divagar sobre cualquier tema que llame su atención. ¡Todo lo parece interesante! Y es que un escritor puede encontrar la inspiración en las fuentes más inesperadas...